La oralidad ha sido la herramienta que Andrés Zapata ha utilizado para hacer memoria sonora. Ya sea desde la música o desde la literatura Andrés ha reconocido la importancia de contar las historias de las comunidades colombianas. ‘’El saber está inspirado en esa búsqueda, interés y placer por lo cultural, la tradición’’. A esta práctica de memoria la acompaña el fuego y la tierra, para encontrarse con lo inesperado, para darse cuenta de las similitudes que tenemos o para valorar las diferencias que tanto nos enriquecen como colombianos, ‘’y nos ayudan a reconocer el camino, de dónde venimos, quién soy yo’’. ‘’El saber es la posibilidad de contar lo que a mí me contaron y a partir de lo que he podido crear’’ con niños, niñas, adolescentes, familias. De ahí ha aprendido que el encuentro humano es posible, diverso y flexible, y que se nutre con los saberes conectados a la ancestralidad, al poder de las palabras, al uso de la tierra, en fin, a la fuerza de la comunidad.
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