Se considera artesana de la cultura e inició su labor desde la Casa de la Mujer, Victoria López, cuenta con más de once años de voluntariado, “vengo de una tribu indígena Camsá, mi abuelo y tatarabuelo son indígenas, en mi caso somos colonos nómadas”. Ha trabajado con personas diversas en Colombia, como población afro, víctimas del conflicto, las madres de Soacha, estudiantes universitarios y jóvenes de la localidad. Su llegada al costurero de la memoria hace posible el encuentro, la narración de nuevas historias, donde el material principal es el lienzo humano, “se tejen diferentes tipos de cosas, pero es para la convivencia, cuando se integra la persona y se va sanando, la persona crece, quiere crear, a través de su modo de pensar”… Es también un escenario de cambio que supera las diferencias “estamos empoderando a la mujer, es una sanación con este tejido, uniendo a las personas”, la experiencia humana mantiene la vivencia de principios y valores en todo aquel que quiere tejer su historia.
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